PALACIO MARTES 13 DE DICIEMBRE…….
MUCHO se habla de las ventajas que representará para Matamoros y la región la extracción de petróleo en el Golfo de México, justo frente a nuestro litoral.
El descubrimiento del crudo por parte de técnicos en la materia, por supuesto, mantiene contenta a la paraestatal Petróleos Mexicanos y al gobierno federal.
Por lo pronto, se hacen los preparativos necesarios para la labor de extracción, una vez que sea instalada la plataforma con la tecnología y personal adecuados.
La publicidad oficial habla de las ventajas que representaría al presupuesto federal la comercialización de los millones de barriles de combustible que, seguramente en su gran mayoría, tendrán como destino las compañías petroleras de los Estados Unidos de Norteamérica.
Como es del dominio público, ese producto no renovable es parte fundamental a la hora de que los legisladores federales analizan y autorizan las partidas para cada programa social y, también, los recursos que serán enviados a las distintas entidades federativas.
Sin embargo, muy poco se ha hablado acerca del impacto ambiental que lógicamente traerá consigo la plataforma que estará al servicio de Petróleos Mexicanos.
Sería irresponsable afirmar que la extracción del crudo, con todo y los beneficios económicos que representa, no dañará el entorno ecológico de la región.
De entrada, la fauna marina resentiría los efectos del tráfico de barcazas y buques-tanque lo que, en consecuencia, afectaría la actividad pesquera y la economía de miles de familias que tienen su modus vivendi de esa actividad.
Además, los proyectos turísticos en proceso y en ciernes, podrían colapsarse por los daños colaterales provocados por fugas durante el proceso de extracción, o bien por los desechos de combustibles y materia orgánica e inorgánica que dejarán a su paso los navíos.
Cierto es que el estudio oficial revela que los daños ecológicos serían mínimos y que a la hora del comparativo acerca del costo-beneficio, los resultados positivos son mayores que los negativos.
No obstante, ante la necesaria previsión de hechos lamentables como la fuga de petróleo frente a las costas del estado de Florida, se hace necesario un objetivo estudio de impacto ambiental y, además, evaluar las posibilidades de Petróleos Mexicanos para hacer frente a una contingencia de esa naturaleza.
Más obligado, porque la misma empresa extranjera que tuvo a su cargo la plataforma en aquellas aguas estadounidenses es la misma que prestará ese servicio a la paraestatal mexicana.
Por tal motivo, es más que importante e interesante la labor de análisis que llevarán a cabo expertos en temas ecológicos y de impacto ambiental, que simpatizan con el Partido Verde Ecologista de México.
Al margen de asuntos partidistas, los militantes del PVEM se apersonarán en este puerto fronterizo a finales de enero o principios de febrero, a fin de trabajar sobre ese particular.
En opinión del dirigente local de ese instituto político, HUMBERTO RANGEL VALLEJO, la futura extracción de petróleo frente a las costas tamaulipecas no debe ser motivo pleno para el repicar de campanas.
Defensor de la ecología y el entorno ambiental, el empresario-político se inclina por un estudio concienzudo y objetivo antes de autorizar esa nueva plataforma en el golfo mexicano.
Desde luego que tiene razón al afirmar que, quiérase o no, los efectos colaterales impactarán la fauna y flora marina, al igual que las actividades productivas que representan la pesca y la ganadería en la región noreste de la entidad.
Sin dejar de reconocer que la venta del crudo significará un refuerzo al erario federal vía PEMEX, RANGEL VALLEJO no oculta su preocupación por los daños y perjuicios antes mencionados.
Por lo pronto, y en espera de un dictamen apegado a la realidad ante la desconfianza a la postura oficial, los ambientalistas del Verde Ecologista realizarán sus propios estudios, apenas inicie el nuevo año.
Organizaciones no gubernamentales como Green Pace, también han lanzado la voz de alerta ante el eventual impacto ecológico que traerá consigo la plataforma petrolera.
Vale la pena recordar que en muchas ocasiones los órdenes de gobierno no atienden ese tipo de reclamos. Prueba de ello es el muro fronterizo estadounidense en la frontera con México que colapsó el entorno de la vida silvestre de muchas especies en el norte mexicano y sur estadounidense.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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